Emprendedoras de organizaciones emergentes en Callao (Perú)
Entre 1978 hasta el 2022, las mujeres sostienen sus hogares en la expresión “parar la olla” la cual se refiere a tener alimentación con escasos recursos económicos sea por subempleo o actividades temporales del mercado laboral informal. Es el esfuerzo de obtener productos de la canasta básica familiar los cuales inciden en satisfacer el estar saciado en el desayuno o almuerzo, pero desnutrido por consumir productos que perjudican la salud como ocurre con las vísceras de pollo (tripas, rabadilla o cabeza) o ganado vacuno (pulmón, estómago o pezuñas).
Las mujeres son emprendedoras invisibles porque son iniciativas ante la falta de alimento en sus sectores y no tienen reconocimiento en las entidades financieras como bancos o cajas municipales, tampoco contaban con presupuesto asignado por sus gobiernos locales o municipalidades hasta mayo del 2022 fecha en la cual oficialmente se declara su existencia para procedimientos administrativos en la República del Perú. En paralelo se han abierto otras organizaciones emergentes como el banco de alimentos la cual distribuye alimentos con fallas de presentación del producto a poblaciones necesitadas de frutas y verduras. Otra organización emergente fue Manos a la Olla la cual fue un voluntariado municipal que reutilizaba alimentos en estado de descomposición para las poblaciones vulnerables. Otra corresponde a los comedores parroquiales los cuales se incrementaron en el distrito de Villa María del Triunfo en Lima. También, se han incrementado las iniciativas de terceros de tipo personal, familiar o colectivo de universidades y empresas privadas para ofrecer desayuno y almuerzos diarios durante la pandemia de Covid 19.
Las mujeres emprendedoras invisibles de organizaciones emergentes peruanas no han ido a la universidad ni siquiera han acabado los 11 años de educación básica regular, sin herramientas epistemológicas han enfrentado sus realidades con herramientas ontológicas. Las herramientas metodológicas las aprendieron en las implementaciones en cada una de sus sedes porque el hambre en sus manifestaciones tiene argumentos que el cerebro no entiende.
Vulnerabilidad legal
Solo se puede describir si existe categoría o definición legal. Los vacíos legales sobre la olla común han resultado en un proceso largo, ambiguo y hasta confuso. En la práctica se aglutina a las mujeres quienes gestionan las ollas comunes de la Provincia Constitucional del Callao. En su normativa del 11 de junio del año 2018 sobre Ley N.° 30790, Ley que promueve a los comedores populares como unidades de emprendimiento para la producción el diario oficial El Peruano sin considerar a las ollas comunes
El punto que resaltamos según Cuadra, Soto, Meza, Miranda; y De Las Casa en “Nosotras también estamos en primera línea: Las mujeres de las Ollas Comunes de Lima Metropolitana durante la crisis de la COVID-19”, Revista Latinoamericana Liderazgo, 2021, es como han gestionado los recursos económicos para dar desayuno y almuerzo a las poblaciones vulnerables sin intervención del gobierno de la República del Perú entre 15 de marzo 2020 hasta mayo 2022 dado que poseen autofinanciamiento, el 21.4 % recibe de municipios y el 14.3 % de las ONG. También, la Defensoría del Pueblo mediante el Oficio N.° 0060-2021/DP del 1 de marzo de 2021, recomendó al Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS) determinar que el proceso para las ollas comunes esté bajo régimen de transparencia y vigilancia ciudadana. También, en la ordenanza regional Nº 005 del Callao con fecha 19 de agosto de 2021 se crea la Red Regional de Mujeres Emprendedoras y Empresarias de la Región Callao las que serían un fuerte aliado en el largo plazo.
El reconocimiento legal de las mujeres emprendedoras invisibles en organizaciones emergentes de la Provincia Constitucional del Callao como la particularidad de la olla común quienes poseen herramientas como la buena fe y la transparencia porque solo así se justifica como han gestionado recursos sin ser reconocidas legalmente durante casi dos años.
Vulnerabilidad económica
Las mujeres emprendedoras invisibles en organizaciones emergentes, caso ollas comunes de la Provincia Constitucional del Callao tienen trabajos eventuales por tanto tienen ingresos inferiores al salario mínimo vital, sin beneficios laborales y sin estabilidad laboral. En primer lugar, se hace el dinero en el día a día donde laboran en actividades de servicios para colocar productos los cuales le generan ingresos diarios. Tienen tiempo después de la dos de la tarde para cubrir sus propias necesidades las cuales son ellas las únicas que lo implementan en beneficio de sus propias familias. Laboran en actividades diversas no calificadas es decir están subempleadas
Por otro lado, los datos estadísticos formales están fusionados con la región de Lima Metropolitana lo cual hace ambiguo la data en forma exclusiva y excluyente de la Provincia Constitucional del Callao. Existe como restricción para indagar determinar cuántas son porque genera problemas a la República del Perú como evaluar que un grupo pequeño es eficiente, eficaz y relevante frente a la burocracia. La reflexión como un grupo de mujeres sin posgrado ha gestionado en pandemia en contraposición a funcionarios públicos quienes ganan sueldo superior en siete veces al promedio nacional. La gestión es cuestión de competencias no de títulos universitarios nominales. El dejar esta temática en no estudiada a profundidad es un cuestionamiento a los académicos de pregrado y postgrado de las universidades públicas y privadas. Estamos cometiendo una omisión al reconocimiento de las mujeres de la olla común que por lo menos es poco gentil desde la academia. Confiemos en articular estas experiencias de reivindicación en beneficio de las nuevas generaciones
Vulnerabilidad sociocultural
El prejuicio hacia las mujeres emprendedoras invisibles en organizaciones emergentes, caso ollas comunes de la Provincia Constitucional del Callao es recurrente. Estas voces anónimas provienen de sectores conservadores de la sociedad limeña los cuales son recalcitrantes ante la capacidad creadora de soluciones de las mujeres emprendedoras siendo sus representantes varones intolerantes ante el éxito en la gestión de la olla común.
En primer lugar, las aseveraciones populares comentan en forma negativa que son mujeres que no tienen marido por ese motivo están en la olla común. Dicha aseveración es errónea, desde el 2012 los divorcios han aumentado en la República del Perú. Se presume que la mujer emprendedora debe estar sometida a un varón negando su adultez como persona quien resuelve sus problemas y resuelve problemas de la comunidad donde ejerce su condición de ciudadanía. También, se niega, en forma equivocada, sus habilidades para la vida porque el cuestionamiento cómo puede desenvolverse en contextos emergentes sin ser protegida, como puede hacer actividades sin pedir permiso, aunque parezcan ideas asincrónicas en pleno siglo XXI. Así, en voces coloquiales negativas emiten comentarios descalificadores como le hace falta marido lo cual es minimizar la capacidad creadora de vida porque gestionar una olla común con fondos restringidos implica tener capacidad para que terceras personas te donen sus insumos para que funcione la olla común los siete días de la semana.
También se presume que son mujeres que no tienen nada que hacer, esa aseveración prejuiciosa es errónea ya que los emprendimientos que han subsistido durante y después de pandemia fueron dirigidos por mujeres. El quehacer de las mujeres inicia a las cinco am para el diseño, implementación y evaluación de cada desayuno mientras en paralelo atienden a su hijo/a para que vaya al colegio. Son mujeres que hacen tres o cuatro cosas a la vez en forma eficiente, eficaz y relevante para ellas mismas, sus familias y sus respectivas comunidades. Para actuar se han masculinizado, es decir, no hay tiempo para poner base, enseguida el maquillaje, luego el delineador, son mujeres que estiman cada minuto porque reconocen que cada actividad requiere compromiso y fuerza para lidiar con los peligros de la ciudad como choferes vulgares, comerciantes que dan vuelto con dinero falso, delincuentes quienes están al acecho entre otros.
Otro comentario negativo es que no saben nada de la vida. Es increíble que las mujeres emprendedoras invisibles en organizaciones emergentes sean víctimas de escarnios mediante chismes o comentarios ocultos en la comunidad. El enemigo de un peruano es otro peruano reflexión que tenemos desde inicios de 1821. Las mujeres son vistas como seres que no comprenden la realidad, lo cual es erróneo, más bien son personas quienes han contribuido siempre desde el anonimato al bienestar de sus localidades. En la segunda década del siglo XXI, estas mujeres nos han dado lecciones de vida. Se asevera porque salir a buscar alimentos desde abril 2020 en la ciudad sin equipos de protección personal certificados, sin alcohol en gel, sin agua en sus casas es un reto de valentía. Han entregado la esencia del ser humano, la vida misma para que otros vivan beneficiados por las raciones de desayuno y almuerzo generados a diario.
Además, existen otros comentarios prejuiciosos como que vaya a su casa a ayudar. Si esta idea prejuiciosa se hubiera hecho la consecuencia inmediata hubiese sido que las ollas comunes jamás habrían existido en el contexto de la pandemia 2020. Estas mujeres emprendedoras han ayudado desde el anonimato, desde el silencio, desde la invisibilidad, desde el negar el reconocimiento de las autoridades, es decir han sido resilientes al tener contextos agresivos y descalificadores para con ellas y todo lo bueno que han gestionado sin conocimiento epistemológico. Ellas han utilizado el conocimiento ontológico, donde el ser prima al saber, donde el ser primar al tener y donde el ser prima al sufrir.
Reflexión final.
Las mujeres emprendedoras invisibles en organizaciones emergentes en caso particular de las ollas comunes de la Provincia Constitucional del Callao se han organizado desde nuestras culturas alternativas para solucionar problemas de alimentación. Son mujeres que luchan con voluntad más que con conocimiento, son mujeres quienes solucionan el tema mediático del hambre en sus sedes desde el anonimato porque recién en mayo 2022 tienen nombres y apellidos debido a que tiene presupuesto asignado por la república del Perú.
Las mujeres emprendedoras enfrentan los prejuicios cada mañana al salir de sus casas, enfrentan la vida con asertividad ante personas nocivas, son astutas al evitar caer en la provocación de conflictos inexistentes, usan su ser vital para discernir ante la palabra descalificadora. Ante las discriminaciones del hecho de hacer actividades como persona con capacidad creadora, asumen en forma estoica la indiferencia porque necesitan avanzar ante las adversidades hechas por la población local.
Dedicado a Lourdes y Domenika
El autor es docente en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Perú) Es magister en gestión de la educación por Pontificia Universidad Católica del Perú. Sus investigaciones se centran en educación. Sus publicaciones son “Survey data on the impact of covid-19 on parental engagement across 23 countries”, 2021 en Elsevier; “Autoevaluación institucional y mejora continua en una universidad de la provincia Constitucional del Callao”, en Educación y Sociedad, 2021 (Cuba).
Las imágenes son propiedad el autor.