Reflexiones sobre la vulnerabilidades de las mujeres sordas

El 28 de noviembre tiene lugar en México el Día de las personas sordas, la fecha tiene como antecedente la fundación de la 1a Escuela Nacional de Sordomudos en México por decreto del Presidente Benito Juárez, en 1867.

A nivel mundial, la OMS contabilizaba hace un par de años cerca de 1,500 millones de personas con algún grado de pérdida de audición, de las cuales unos 430 millones necesitan servicios de rehabilitación. A nivel nacional, de acuerdo con datos oficiales del INEGI, hay 2.3 millones de personas con capacidad auditiva en el país.

Sin duda, a lo largo de los últimos días de noviembre se habrán llevado a cabo diversas acciones para visibilizar a las personas sordas, dando a conocer su cultura y forma de comunicación.  Yo fui invitada a una de estas acciones realizada en la Facultad de Medicina y Psicología de la Universidad Autónoma de Baja California. Allí me encontré con algunas conocidas y aprendí un poco más de las motivaciones de quienes aprenden la lengua de señas mexicana (LSM) para brindar un apoyo profesional más completo.

A lo largo del proyecto de investigación, hemos aprendido un poco más sobre la cultura de las personas sordas y sus mecanismos de resistencia; por ello quiero agradecer a Elizabeth Rodríguez quien con paciencia y entusiasmo nos ha abierto los ojos, su acompañamiento ha sido vital para este aprendizaje.

Judith Butler comenta en su libro Resistencias. Repensar la vulnerabilidad y repetición sobre las estrategias que se desarrollan para hacer frente a la vulnerabilidad ¿qué tipos de reivindicación llevan a cabo estos cuerpos que importan? ¿y cómo podemos sumar el resto? Desde luego no son respuestas sencillas, pero como comentaba mi directora de tesis del Doctorado,mi querida Ana Sabaté, hay que empezar visibilizando y oyendo lo que las mujeres -en este caso- las mujeres sordas quieren decir.

Tratando de aportar algo, desde el proyecto se ha realizado la serie Señas, compuesta por un total de cuatro podcast en lengua de señas mexicana (LSM) que abordan diversas temáticas sobre la vulnerabilidad. Uno de ellos, relata alguna de las vulnerabilidades que viven las mujeres sordas. La explotación de la familia o en los empleos aumenta la vulnerabilidad de las mujeres sordas:

El apoyo de la familia es sin duda más importante cuando se tiene una discapacidad:

El acoso y hostigamiento sexual es otra práctica que vulnera a las mujeres, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFA), las mujeres y las niñas con alguna discapacidad son casi 4 veces más vulnerables, comparadas con quienes no tienen discapacidad,  a experimentar esta situación. En una retroalimentación al respecto, una de las participantes contaba que las mujeres con discapacidad son construidas como más vulnerables porque se piensa que “se van a quedar calladas” por el miedo a perder su empleo:

Para apoyar sus resistencias, he aquí el testimonio de una estudiante de la UABC que comenta su interés por aprender la LSM:

Cuando acepté la invitación de Hugo Gaggiotti para presentar una propuesta a una convocatoria de proyectos de investigación no tenía ni la menor idea de todo lo que iba a aprender y (des)aprender. De eso a la fecha hace poco más de 3 años, ahora estamos cerrando este proyecto, pero también lo estamos comenzando. Cerrando porque tenemos que entregar resultados, pero comenzando porque no solo han salido nuevas posibilidades, sino también porque queremos que nuestro trabajo aporte algo para visibilizar la vulnerabilidad de las mujeres sordas y destacar sus resistencias.

Isis Arlene Díaz Carrión, es profesora-investigadora en la Facultad de Turismo y Mercadotecnia de la Universidad Autónoma de Baja California, es Responsable Técnica del proyecto “Reducing organisational vulnerability of women: applying organizational research in Mexican-US borderlands”.